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jueves, 16 de febrero de 2012

Estúpida revelación


A veces nos perdemos. Nos perdemos entre el ruido, nos dejamos llevar por los impulsos de nuestro instinto que busca la paz, la felicidad, la satisfacción, la euforia, la ilusión, y que solo encuentra momentos breves y efímeros de evasión, que no es otra cosa que escapar de la realidad.
A veces, solo a veces, caemos en ser demasiado humanos, demasiado torpes, buscando lo que ya tenemos, durante un tiempo que es como pasar por un túnel, como caminar con los ojos cerrados.
El momento de descubrirse de nuevo es precioso, creo que es una de las sensaciones más bonitas que existen. Es como salir a la calle con una camiseta nueva, sentir el aire, sentirte bien, y bajo los rayos del sol encontrarte contigo mismo frente a frente. Sonriendo, saludándote con una mirada llena de amor, feliz de que hayas vuelto.
Porque cuando uno se descubre, en todos los sentidos de la palabra, más transparente que antes, orgulloso de lo que es, superando los obstáculos, es como si descubriese la verdad y se riese de si mismo comprobando que, de nuevo, ya estaba ahí antes de buscarla. 

Es tan estúpido como observar que la hierba es verde y al instante recordar que siempre ha sido así.

6 opiniones:

bixitoluminoso dijo...

Desde "El momento de descubrirse..." hasta "...feliz de que hayas vuelto" es precioso. Inundado de muchisimas sensaciones :)

Un gran besote!!

susy luk dijo...

los descubrimientos estúpidos llegan en los mejores momentos, te abren los ojos a nuevas cosas, a esas tangibles y comunes.
que belleza...
que belleza todo.

eMiLiA dijo...

El momento de descubrirse de nuevo es preciso y precioso.

:)

Abrazo!

josé ángel dijo...

Existen el camino de la dicha y el camino del placer. Ambos atraen al alma. Quien sigue el primero llega al bien. Quien sigue el placer, no alcanza el final.

El hombre sabio elige el primero, el necio toma el camino del placer.

(Katha Upanishad 800 a.C.)

Sabagg dijo...

A veces en lo evidente se recuerda uno quién es, se reconoce, se sorprende y hasta se ríe de este absurdo, sí. A veces -y no es por forzar el enlace con mi poema de hoy- olvidamos que los cambios existen y que conocemos la mudanza desde que nacemos, y un día, quizá por dolor, quizá frente al mar, hay que recordarlo y volverlo a aprender, porque siempre estuvo ahí, porque siempre nos acompañará, como la hierba verde que siempre lo fue, incluso cuando no lo advertíamos. Un abrazo, gracias por enriquecer mi blog y perdona la parrafada (D¡ios, que alguien me pare!), jaja.

Melodías vibradoras dijo...

a veces está bueno perderse.. abrazo grande!

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